Julia hoy tiene la regla.
Lo sabe por dos razones: 1. cuando el despertador sonó, ella sintió que no tenía ninguna ganas de levantarse y se enfadó, 2. porque se sintió mojada y también se enfadó…ahora tenía que meter el pijama y la sábana a lavar… – con suerte, no habría llegado al colchón– . Ya enfadada, se levanta de la cama y escucha el llanto de la niña…y se enfada su marido seguía durmiendo a su lado – ¿por qué no se levanta él, por una vez?- pensó, mientras tiraba sábana y colcha de cualquier manera – ojalá se despierte, el cabrón – y sus ojos cayeron en esa mancha roja en la sábana …– qué enfado –
Y ahora también la mayor la llamaba, la pequeña llorando, la mayor gritando y su enfado subiendo y subiendo … Y más se enfada y más le duele la barriga, y más le duele la barriga, más se enfada …
Desayuno : un café frío y 2 iboprofenos, dar el desayuno a las niñas y salir de casa es una cadena de – déjalo – ya está – me teneís hasta el moño, las 2 – deja a tu hermana – he dicho que te peines – ¿y la mochila? – no, no tengo bollos para merienda – vamos, que es tarde – que VAMOS … en cada eslabón, un grito, un enfado, un dolor de barriga, y el enfado que sube, que sube … Suelta la pequeña en los brazos de la cuidadora de la guardería como si fuera un paquete no querido, ni saluda la niña en la puerta del cole, con un acelerón pone en marcha el coche…y sus ojos se llenan de lágrimas, de dolor, de culpa, de enfado, de arrepentimiento … le gustaría acostar el coche para llorar a gusto pero no puede, llegaría tarde al trabajo – y luego quién lo escucha, el jefe – y ese enfado se sumaría a todos, todos, TODOS los enfados que ha acumulado en solo una hora y media del día de hoy … – qué día de mierda, maldita regla – piensa mientras se para en el atasco habitual.
Julia hoy tiene la regla.
Lo sabe porque lo tiene controlado y ya se había puesto una compresa antes de ir a dormir, el despertador suena pero no el suyo, suena el despertador de su marido, ha hablado con él y han quedado de acuerdo para que en los primeros días de su menstruación, sea él a llevar las niñas al cole. Le oye de lejos decir a las niñas – Calladitas que mamá duerme – , Julia se gira en la cama, entre en calorcito de las mantas y se siente tan a gusto. Hoy no se preocupa, porque como ha previsto que iba a tener la regla, se ha cogido un día de vacaciones del trabajo, solo por hoy, un día de descanso, un día para ella.
A las nueve se despierta, con la sensación de haber descansado todo lo que necesitaba, se levanta tranquila, se hace un té relajante, la barriga ya no le duele el primer día de menstruación, la cajita de ibroprofenos está olvidada en un cajón en el baño. Sí, habría que recoger los platos del desayuno de las niñas, pero ya lo hará, ahora es más importante ponerse una música relajante y tomarse su té con calma. Sabe, porque ahora LO SABE, que ese bajón de energía solo durá unas horas y si se permite descansar todo será más fácil, no habrán enfados, ni gritos, ni lágrimas de arrepentimiento.
Porque la vida de Julia ha cambiado, porque Julia ha cambiado, ha decidido conocerse más, aceptarse, dejar de sentirse culpable y aprender a respetar sus cambio, Julia ha decidido conocer y aceptar sus ciclos menstruales y aprender a integrarlos a su organización.
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